La intervención humana
El océano ha sido utilizado tradicionalmente como sostén de los barcos, como fuente de alimento y como vertedero; y crece su reconocimiento como componente vital en la regulación del clima. Componentes químicos valiosos pueden ser extraídos del agua marina, y la recuperación de minerales del mar, como hidrocarburos, es una industria principal que extiende gradualmente sus operaciones a las aguas más profundas.
Los océanos reciben la gran mayoría de los desperdicios humanos, ya sea por vertido deliberado (desagües de aguas servidas domiciliarias e industriales) o por su arrastre natural desde la superficie terrestre (ríos o corrientes subterráneas), lo que repercute directamente en las especies marinas.
Las principales fuentes de contaminación marina que afectan, dañan e incluso destruyen el ecosistema marino son: residuos agrícolas, residuos urbanos, residuos industriales, residuos radioactivos, residuos de petroleo. Es importante mencionar que los dos factores que más han condicionado el impacto sobre el medio ambiente son la explosión demográfica y el consumo creciente e imparable de energía.
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